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Trabajo en tiempos de cuarentena

Publicado el 28/04/2020 y modificado el 30/04/2020 en Columna Editorial, Escuelas Imprimir

La realidad sanitaria se traslada indefectiblemente a la económica y obliga al Estado a  instrumentar medidas de ayuda apara las Escuelas que si bien las benefician también significan trabajo extraordinario en un contexto laboral que no es el normal. La opinión de nuestro director Enrique Grassi sobre el tema.

Desde el primer momento, las medidas de aislamiento preventivo social y obligatorio dispuestas por el gobierno nacional impactaron directamente sobre la comunidad educativa por la suspensión de las clases y también colateralmente por los bajos niveles de actividad económica traducidos en menores o nulos ingresos para muchos  argentinos.

Esta situación puso al Estado en alerta, que convocó a las Cámaras de enseñanza privada para analizar qué medidas podían instrumentarse para paliar la segura disminución en los niveles de cobranza en las Escuelas.

Así surgió la posibilidad de que las Escuelas puedan adherir al Programa de Asistencia de Emergencia para el Trabajo y la Producción (ATP) impulsado por la Nación.

Cumplido el proceso de adhesión consideramos importante analizar con Enrique Grassi, director de Grados, el alcance del programa en términos de beneficios como también el trabajo que implicó esta tarea.    

1) ¿Cómo impactó en Grados la instrumentación del Programa ATP impulsado por el Gobierno Nacional?

Este mes tuvimos varias tareas extraordinarias que nos sacaron del protocolo normal de trabajo, lo cual significó una sobre exigencia muy fuerte.

En ese marco, el ATP representó un panorama complicado al principio porque teníamos en claro que la adhesión podía representar la puerta de entrada a otros beneficios que puedan venir en esta coyuntura, por lo tanto teníamos que ajustarnos al corto plazo establecido para reunir y presentar la información requerida.

Considerando el contexto, sobre todo el de las Escuelas que al no estar trabajando presencialmente no les es fácil reunir cierto tipo de información, podemos decir que superamos la prueba satisfactoriamente.

2) ¿Se encontraron con dificultades dentro del proceso de adhesión?

La cuestión interpretativa de la norma fue lo más complicado de todo este proceso, dado que tuvimos que proveer información relacionada con los ingresos por cobranza de alumnos.

Cuando se definió el criterio de la información a aportar, la búsqueda de datos respecto de la cobranza fue bastante heterogénea y ahí aquellas escuelas que vienen trabajando con DataJAE vieron simplificado su trabajo por tener a disposición esta información en el sistema, mientras que las que no lo usan estuvieron complicadas.

3) ¿Son muchas las Escuelas que pueden verse beneficiadas con la ayuda salarial que ofrece el Programa?

Entendiendo que el complemento salarial beneficiaría solamente a aquellas Escuelas con empleados que están aportando a Nación -no tendría sentido que se reciba una ayuda para empleados a los cuales la Provincia les transfiere el sueldo-, son muy pocas las Escuelas con las que trabajamos que tienen empleados fuera de planta.

De todas maneras -insisto- podrían llegar otras “líneas” de ayuda, aunque más no sean postergaciones de vencimientos.

4) ¿Ya que mencionás las “líneas de ayuda”, en función del conocimiento y experiencia acumulados en estos 30 años de servicio en administración escolar, qué otra ayuda considerás que podría instrumentarse para que las Escuelas puedan sobrellevar esta coyuntura?

Es importante poner en contexto en qué estado encontró esta cuarentena a las Escuelas: si bien la mayoría cuenta con cobranza electrónica, en general no se disponía del débito directo como canal de pago, por lo tanto se hicieron las gestiones necesarias para acelerar la posibilidad de que los papás tengan esta vía de pago disponible porque está claro que este canal –en función de la muy buena experiencia de las pocas Escuelas que sí lo tenían disponible- significa cierta tranquilidad al garantizar el cobro de la cuota en forma automática.

Por lo tanto, la merma en la cobranza, que representó inicialmente una gran incertidumbre para las Escuelas, con el paso de los días y la disponibilidad de estos canales se transformó en cierta tranquilidad, aunque con la preocupación de que esto se extienda por mucho tiempo y se vea afectada por un corte en la cadena de pago.

En líneas generales el nivel de cobranza ha disminuido pero con lo que se recauda se podría llegar a alcanzar a cubrir los gastos fijos y -de este modo- superar la crisis.

Con esta realidad y el auxilio financiero que han acercado los estados nacional y provincial, a través del ATP en el caso de la Nación y de una línea de créditos del Banco de Santa Fe por parte de la Provincia, y si la cuarentena no se extiende tanto como para impedir la reactivación económica del país, las Escuelas podrían atravesar este proceso no sin dificultades pero con éxito.