Aumentar o desfinanciarse

La situación inflacionaria actual no es solo un número en las noticias; es una realidad palpable que afecta a todos los aspectos de nuestra sociedad, especialmente a la educación. En este contexto, las escuelas enfrentan un desafío sin precedentes para mantenerse a flote y continuar ofreciendo una educación de calidad a sus alumnos. La gestión adecuada de las cuotas escolares se convierte, entonces, en una herramienta crucial para la sostenibilidad de estas instituciones educativas.

El ajuste de las cuotas escolares en respuesta a los aumentos de sueldos del personal docente y no docente no es una opción, es una necesidad. Este ciclo de ajustes continuará mes a mes, en respuesta a la inflación. El mensaje es claro: las escuelas que no ajusten sus cuotas de manera proporcional a estos aumentos corren el riesgo de desfinanciarse rápidamente.

La experiencia nos enseña que algunas comunidades escolares, por diversas razones, se resisten a este ajuste necesario. La consecuencia directa de no mantener el ritmo de los aumentos salariales con ajustes en las cuotas puede traer graves consecuencias.
Ya no estamos hablando de un deterioro financiero que se manifieste en el transcurso de uno o dos años; en el actual contexto inflacionario de dos dígitos mensuales y tres dígitos anuales, este deterioro puede ocurrir de manera alarmantemente rápida. La diferencia entre sobrevivir y desfinanciarse puede depender de la capacidad de la escuela para adaptarse a esta realidad económica.

Aunque estos tiempos son particularmente difíciles, es imperativo que las escuelas no solo busquen sobrevivir sino también preservar la calidad y la singularidad de sus propuestas educativas. Estas propuestas, que a menudo se financian sin el apoyo del Estado (autorizados y fuera de planta) y dependen exclusivamente de los aportes de las familias, son esenciales para ofrecer una educación que prepara a los estudiantes para el futuro. Aunque la prosperidad pueda parecer un objetivo lejano en el actual escenario económico, mantener vivas estas propuestas educativas diferenciales es fundamental. Estas no solo enriquecen el panorama educativo sino que también aseguran que las escuelas puedan seguir cumpliendo con su misión educativa, a pesar de los desafíos económicos.

Entendemos que la gestión financiera en estos tiempos puede parecer desalentadora, pero con el apoyo adecuado, es posible superar estos desafíos de manera efectiva.

Es crucial no solo ajustar las cuotas, sino también realizar una gestión financiera precisa que incluya la identificación de gastos fijos y variables impostergables, junto con la creación de un cronograma claro que asegure el cumplimiento de los compromisos financieros sin incurrir en incumplimientos. Esta tarea se simplifica enormemente con una planificación cuidadosa y el uso de herramientas adecuadas.

En Grados, estamos comprometidos con apoyar a las escuelas en este proceso. Ofrecemos nuestra experiencia y herramientas para acompañarlas en la definición de un presupuesto realista, la determinación de un punto de equilibrio y las estimaciones necesarias para planificar con eficacia, incluso en un escenario tan cambiante como el que enfrentamos. Nuestro equipo está preparado para ayudar a las escuelas a realizar ajustes de manera que se preserve la calidad educativa y se mantenga la viabilidad financiera.

En este contexto, la adopción de sistemas informáticos de gestión y la implementación de la cobranza electrónica se convierten en elementos clave. El sistema DataJAE, por ejemplo, juega un rol fundamental en las escuelas de la diócesis de Santa Fe, permitiendo una gestión eficiente y una cobranza efectiva. Estas herramientas tecnológicas no solo facilitan la administración diaria y la planificación a largo plazo, sino que también aseguran una mayor transparencia y eficacia en la gestión de los recursos, elementos críticos para la sustentabilidad de las instituciones en estos tiempos de incertidumbre económica.