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El balance de un año para el recuerdo (II).

Publicado el 21/12/2020 y modificado el 21/12/2020 en Columna Editorial, Escuelas, gestión de sueldos Imprimir

El personal directivo también participó en el balance del año propuesto por Grados.
crédito: http://www.latercera.com

Nos propusimos tener una mirada del año que pasó de las personas que trabajan en las funciones que forman parte de la columna vertebral de la Escuela: representantes legales, directoras y secretarios.

En esta segunda entrega compartimos la mirada de Estela Wuthrich, Norma Ledesma y Sonia Gaynor, directoras del Jardín N°1448 “Cristo Obrero”, de la ciudad de Santa Fe; de la Escuela primaria N°1095 “Nuestra Señora de la Misericordia”, de la localidad de Barrancas, depto. San Jerónimo; y de la Escuela secundaria N°2027 “José Manuel Estrada”, de la ciudad de Esperanza, depto. Las Colonias, respectivamente.

En los tres casos, si bien tienen la responsabilidad de conducir el área educativa, también se involucran y asumen responsabilidades relacionadas con los aspectos administrativos y económicos. 

Desde Grados agradecemos muy especialmente la muy buena predisposición de las autoridades y el personal administrativo consultado.   

¿Qué balance hace como autoridad de la Escuela de este año tan particular?

Estela: Respecto a lo pedagógico, fue muy bueno lo que pudieron lograr las docentes, a pesar de las dificultades que hubo con la falta de conectividad que tenían las familias.

En lo administrativo, pudimos hacer todo lo que necesitábamos al traer la PC de la Escuela a casa.

Lo económico fue sin dudas donde tuvimos los mayores inconvenientes. Pasamos momentos difíciles porque muchas familias quedaron sin trabajo y se les hizo difícil pagar las cuotas. Un aspecto muy importante fue el aporte que tuvimos de la Provincia, porque pudimos comprar todos los elementos de limpieza para la escuela como así también el termómetro, que nos permitió realizar una actividad de vinculación afectiva con la sala de 5 años.

Norma: Fue un año complejo, porque vivimos momentos muy difíciles con estos grandes cambios que produjo la Pandemia.

Desde lo pedagógico, tuvimos que aprender a trabajar con las tecnologías para poder vincularnos con nuestros alumnos, un gran desafío para toda la Institución.

En la parte administrativa tuvimos que trabajar muchísimo debido a las circulares y resoluciones que recibíamos a diario.

Lo económico fue lo más complejo; hubo padres que no pagaban las cuotas porque los chicos no asistían a clases y eso nos afecta porque pone en riesgo los compromisos que debe afrontar la Escuela.

Sonia: Mi balance del año es positivo en lo administrativo y pedagógico, pues toda crisis es posibilidad de desafío, de poner en marcha la creatividad y ante la necesidad surgen cosas maravillosas. La resiliencia se pone a flor de piel y generamos permanentemente acciones en pos de reinventarnos día a día.

Nuestro principal objetivo fue la contención a alumnos, familias y docentes. Obvio que en lo pedagógico tal vez no se dieron los contenidos en su totalidad como lo hacemos en el aula, ni desarrollamos ese hermoso proceso de sociabilización que se da en ella. Pero sin embargo se aprendieron otras cosas: uso de plataformas y recursos tecnológicos, formatos de comunicación asertiva escrita y hábitos, entre otras. Pero por sobre todo la solidaridad con el otro y la empatía.

Tuvimos que reorganizamos. Lo principal para dar clases a distancia fue la conectividad de todos en nuestro universo de 300 alumnos y casi 40 docentes. Armamos banco de celulares, redes de solidaridad para que todos tuvieran datos o Wifi. Apelamos siempre a la tecnología, dándole prioridad absoluta a la comunicación.

Como directiva soy consciente que los chicos son sumamente adaptables y lo que no se aprende este año en lo académico, lo aprenderán el año que viene; pero fue una posibilidad para fortalecernos en otros aspectos, la cual no podíamos desaprovechar. Obvio que llevó logística, gestión y muchas horas de trabajo. Pero cuando no hay miedo a trabajar y mucho amor al prójimo, todo fluye y eso también fue un aprendizaje para nuestros alumnos que siempre nos están mirando.

De lo que si estábamos seguros con el equipo de trabajo es que no podíamos perder a los chicos, su vínculo pedagógico con nosotros, aunque dos nos quedaron en el camino y esto es un dolor muy grande.

Respecto a lo económico, hubo varias familias afectadas y se las acompañó permanentemente. Somos conscientes que en un par de meses veremos más de cerca todavía un decaimiento en toda la economía y que nos debemos preparar todos para afrontarla.

Nuestra cobranza fue muy buena sin aumentar la cuota. Pudimos mantener los gastos mensuales que tenemos y de algunas obras que hacemos todos los fines de año.

¿Fue el periodo más difícil que le tocó atravesar como directora?

Estela: Sí, fue el periodo más difícil que me tocó atravesar en los 8 años que llevo como directora. Hubo imprevistos, incertidumbre, cosas que resolver sobre la marcha y por momentos fue muy duro.

Norma: El periodo más difícil fue entre mayo y parte de octubre, desde lo económico, porque solo el 20% de la matricula abono las cuotas de la escuela.

Sonia: La dirección es un trabajo apasionante y este periodo fue de mucho trabajo y compromiso con la Institución toda y la sociedad. Apoyada en un equipo que es altamente maravilloso, comprometido y perseverante.

He pasado períodos muy difíciles en la gestión con la pérdida de alumnos, con los cuales te quedás sin herramientas concretas para ayudar, pues lo más difícil para mí es sentir sufrir a un alumno y no poder aliviar ese dolor.

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¿Qué nivel de dificultad tuvo el aspecto pedagógico específicamente?

Estela: Las dificultades pasaron por la conectividad. Las maestras enviaron numerosos recursos para trabajar y las familias lamentablemente no respondían, o mandaban muy tarde las respuestas y eso, por momentos, fue desmoralizante para las docentes.

Como positivo destaco nuestra participación como expositoras en el Congreso virtual Provincial de Educación Privada “Miradas compartidas” -junto a otras instituciones de la ciudad de Rosario-, en el cual presentamos un proyecto muy lindo llamado “Arte en mi Ciudad” que nos dio muchas alegrías; fue uno de los momentos más importantes y gratificantes para las docentes y los chicos.

Norma: El trabajo más difícil que tuvimos fue lograr la vinculación entre docentes y alumnos, pero gracias a Dios alcanzamos los objetivos que nos planteamos y actualmente nos sentimos satisfechos porque el trabajo en equipo ha dado sus frutos para el bien de la Comunidad Educativa.

Sonia: En el aspecto pedagógico, reconozco un compromiso único de todo el personal para armar clases, enseñar y permanentemente mantener el vínculo con los alumnos. Las dificultades estuvieron en los alumnos que no se conectaban, aquellos que utilizaron el día por la noche, aquellos que sus padres trabajaban y quedaron a cargo de sus hermanos, aquellos que debieron salir a trabajar, aquellos que se revelaron teniendo todos los medios para aprender; ahí tuvimos que trabajar, visitar, llamar y hacer seguimientos diarios, semanales, para que el aspecto pedagógico no se rompa.

Una gran dificultad también fue evaluar los aprendizajes de cada alumno. Por eso hicimos hincapié en su trazabilidad con cada materia. Evaluando más todavía el compromiso, esfuerzo, entregas en tiempo y forma, colaboración con el otro. No fue fácil, la presencialidad no puede ser reemplazada con los adolescentes. Esperemos que esto pueda llegar pronto.