Salarios vs Inflación.

Los salarios del personal en las Escuelas, pierden o ganan frente a la inflación? Repasamos los últimos cinco años para saber quién ganó la pulseada.

Nuestra función como liquidadores de sueldos de un número importante de Escuelas de gestión privada de la provincia de SFE nos permite contar con los instrumentos o datos necesarios para poder escribir esta columna, con el propósito de ensayar un análisis respecto de la actualización de salarios en el sistema educativo, comparándola concretamente con los índices inflacionarios que han predominado en los últimos años en nuestro país y que asfixian principalmente a la economía doméstica. 

Como hipótesis, cabe decir que el educativo -dentro del sector público- habría sido uno de los sectores que menos sufrió el impacto de la inflación en los bolsillos y que la pérdida de poder adquisitivo habría sido menor respecto de la mayoría de las actividades en el sector privado.

El análisis que vamos a hacer comprende ambos tipos de aporte, nación y provincia, y del mismo modo los tipos de cargos, docente y no docente. 

Para saber dónde estamos parados, la primera referencia que tenemos que tener es el nivel de depreciación que ha tenido nuestra moneda, por lo tanto vamos a tomar los índices inflacionarios de los últimos 5 años:

• 2016: 34,6 %.
• 2017: 24,8 %.
• 2018: 47,6 %.
• 2019: 53,8 %.
• 2020: 36,1 %.

Corresponde entonces ver qué pasó con los salarios para llegar a un veredicto, si es que han perdido o ganado frente a la inflación. Y lo vamos a hacer segmentadamente, en función de las distintas jurisdicciones que intervienen.

Provincia

Con paritarias iniciadas en febrero de cada año, los índices acordados en la mesa de negociación tuvieron un denominador común: se quedaron “cortos” respecto de lo que fue transcurriendo a lo largo del año. Tanto es así que surgió -a propuesta del Gobierno- la figura de la cláusula gatillo para evitar que el bolsillo del trabajador quede “flaco”.

La cláusula gatillo fue característica del gobierno provincial que gestionó entre 2015 y 2019, siendo eliminada por la actual gestión desde febrero de 2020.

Veamos entonces cómo quedaron los números finales anuales entre acuerdos y recomposiciones, aclarando que los índices no son exactos sino promedios, ya que no a todos se les aplican iguales coeficientes:

• 2016: 32%.
• 2017: 26.1%, con un (1) complemento gatillo.
• 2018: 46.8%, con siete (7) complementos.
• 2019: 40.9, con ocho (8) complementos.
• 2020: 10%.

En definitiva, la diferencia entre inflación y salarios fue del 41% (197% – 155%), destacándose la mayor brecha de 26 puntos en 2020, año en el que irrumpió la pandemia y el país entró en un letargo económico que se vio trasladado a la ausencia de recomposición salarial en todas las actividades del sistema productivo nacional.

Nación

En lo que respecta a Nación, tenemos dos convenios paritarios que revisar: SOEME y el CGEP.

SOEME, el sindicato que nuclea al personal No Docente fuera de planta, el cual se rige por el CCT 318/99, tuvo entre acuerdos y complementos 15 aumentos contabilizados durante los últimos 5 años (del mismo modo que Provincia, expresamos números promedios).

• 2016: 30%, con un (1) refuerzo.
• 2017: 26%.
• 2018: 38%. 
• 2019: 43%, con tres (3) refuerzos.
• 2020: 24%, incluyendo un bono de $4.000 al básico.

Por lo tanto, la pérdida de los salarios frente a la inflación fue de 36 puntos (197% – 161%).

Por su parte, la escala salarial del CGEP, el organismo que nuclea a los Docentes extra programáticos fuera de planta, ha sido la menos favorecida en estos cinco años con solo 5 aumentos, que significaron una recomposición del 116%. 

Cabe destacar que, dado que el último acuerdo data de mayo de 2019, o sea hace casi 2 años, desde los organismos que nuclean a estos docentes se ha sugerido como paliativo otorgar aumentos a cuenta, en función de los aumentos de las jurisdicciones provinciales.

• 2016: 31%.
• 2017: 20%.
• 2018: Sin recomposición.
• 2019: 65%.
• 2020: Sin recomposición.

Conclusiones.

La caída de estos años empieza a parecerse cada vez más a la de 2002, cuando el salario real de los trabajadores formales se contrajo más del 20%.

1- Para variar, la inflación siempre le termina ganando a los sueldos.

2- La Provincia siempre estuvo por delante de Nación.

3- Todo parece indicar que esto no termina acá. A nuestras cíclicas crisis argentinas, se le suma la pandemia a nivel mundial. Se registra un deterioro permanente del salario real, que se ha intensificado en el año de la pandemia.

4- El esquema de ajuste por cláusula gatillo fue claramente el más efectivo de todos. Difícil en términos operativos (aumentos todos los meses) pero efectivo porque se “pegó” al dinamismo de la economía real.

Aunque todos esperamos una recuperación mínima del poder adquisitivo, lamentablemente no se avizora en el horizonte inmediato nada que lo aliente.